¡Una de Bravas, por favor!

Aunque cueste reconocerlo se va terminando el verano y la gente que tanto ha cuidado su figura para ligar en la playa ya no tiene escusas para poder comer lo que apetezca. Con perdón de todos los nutricionistas hoy voy a decir como hacer la comida típica de la época universitaria: Las Patatas Bravas. Eso si, receta hecha por un inculto de la cocina que ha aprendido experimentando y explicada para otros incultos de la cocina.

Para comenzar necesitamos aceite de girasol (que es más barato que el de oliva para los que no lo sepan), sal, salsa brava, ketchup, mahonesa, y, por supuesto patatas. El asunto es sencillo, coges un cazo por la mitad de agua (si le llenas luego sale a borbotones) y le pones a calentar hasta que hierva, posteriormente coges las patatas que vayas a usar (yo pongo patata por persona), las lavas y con piel y todo las hechas a la cazuela con agua hirviendo. Un poco de sal y lo dejas así unos 20 minutos (hice el experimento de añadir también un poco de azúcar y, aunque digan que es una guarrada, luego no estaba malo).

Cuando se terminan de cocer las patatas las retiras de la cazuela y las pelas, la piel sale sola pero cuidado con no quemarse. Pones una sartén con aceite aprovechando el fuego de la cazuela y cortas las patatas en taquitos irregulares. Cuando el aceite este caliente hechas las patatas en la sartén y vuelves a echar un poco de sal. Cuando se vean doradas las sacas y las sirves en un plato. Para servir pones por encima la mahonesa, la salsa brava y el ketchup, por este orden. ¡Y a comer!

Es recomendable hacer deporte si hacéis este plato, puesto que es adictivo y engancha, sobre todo acompañado de una cerveza mientras juegas una partida de mus. Aveces hay que darse un lujo,¿no?